lunes, 25 de febrero de 2008

libertad de ¿expresion?


A menudo nos dicen que los Estados para su correcto desarrollo político y social deben ser practicantes de la libertad de expresión. En otras palabras un Estado “CIVILIZADO” es aquel que admite opiniones de diferentes corrientes de pensamiento. Nuestro país se jacta de respetar de la libertad de expresión y de los valores democráticos, sin embargo se percibe actitudes que hacen que notar que esto, no es así. Hace algunos meses por ejemplo se armo un escándalo cuando el INC censuro la obra de un artista que iba ser presentada en una galería y todo porque lo trazos de artista eran ofensivos al presidente. Este hecho tuvo bastante notoriedad pero en lo que deseo indagar es algo de raíces más hondas. En la edición del Comercio de sábado en una entrevista que se le hizo, Luis Jaime Cisneros Vizquerra, literato, filólogo y profesor histórico de la PUCP declaro que los libros le habían dado libertad de pensamiento. Ahí esta la clave.
Para que haya libertad de expresión debe existir en primer lugar libertad de pensamiento. Yo no podré expresar nada si no tengo nada en el cerebro, es decir, si no pienso no podré expresar nada. Llevemos esto a un nivel macro: ¿es posible que en un país de educación mediocre, pueda tener una libertad de expresión? Si en la escuela no nos enseñan a PENSAR y hacer crítico con la realidad que nos rodea, seremos como ovejas que seguimos a un pastor. En el Perú estos pastores son en primer lugar, los políticos que utilizan la ignorancia de la gente para obtener un triunfo electoral. No sorprende entonces, los escasos avances en materia de reforma educativa. Un país con cerebro obligaría a los políticos a elevar la calidad de sus propuestas, ergo lo debates serian más aturados y las autoridades elegidas más competentes.
Es interesante además que un país que respeta los valores democráticos, obligue a sus ciudadanos a votar. No ir a votar también es una forma de expresarse. El argumento de la baja concurrencia a las urnas y la poca estabilidad que eso crearía es un mero pretexto, esbozado por politiqueros. Lo que pasaría es que aquellos partidos políticos que no se modifican junto con sus figuras emblemáticas, serian destronadas.
Por otro lado, no podrá haber libertad de expresión con un mercado editorial tan magro. Como lo dijo el profesor Cisneros los libros dan libertad. La lectura contribuye a entender la realidad circundante, y por lo tanto a criticarla. En nuestro país la compra de libros es un privilegio y la piratería creciente espanta a las empresas editoriales. La formula es simple: menos lectura, menos capacidad de discernimiento.
Con todo esto, ¿por qué se dice que se piensa que hay libertad de expresión? En realidad se hace creer a la gente que hay libertad de expresión. La verdad es que se nos implanta una forma de pensar, se nos dice que es lo “correcto”. Basta recordar las elecciones presidenciales, ¿acaso no fue un atentado contra la libertad de expresión el apoyo que recibió Lourdes Flores Nano? No estoy diciendo que un periódico no deba tener una posición política. Creo que debe tenerla. Eso de independiente no funciona pues siempre se va a tender a algún lado. Lo que paso en esas elecciones fue lamentable porque muchos medios se escudaron en la palabra independiente para influir en el voto, favoreciendo a una candidata. Esto no hubiera sido malo, con tal que lo digan abiertamente. Situación parecida se vivió con la firma de TLC, cuando se acusaba a los que estaban en contra como “enemigos de desarrollo”, incluso a los que tenían argumentos razonables.
Libertad de expresión significa diálogo entre diferentes ideologías o formas de pensar, no imponer una sobre la otra. Por eso debemos dudar cuando se nos dice que hay libertad de expresión.

lunes, 21 de enero de 2008

sobre una novela de bryce (esta sí la escribio él)



Una de las características más importantes de la literatura peruana contemporánea es el desentrañamiento de la sociedad. En otras palabras la literatura peruana, en este período, refleja con marcado realismo las taras, virtudes y defectos de nuestro país. En los cuentos y novelas de esta época, podemos apreciar en los personajes el pensamiento de los peruanos como ciudadanos. De esta manera, autores como Arguedas, Ribeyro, Vargas Llosa, y el propio Bryce nos invitan a través de su narrativa a escuchar los diferentes parlamentos de las distintas clases sociales del Perú. No es gratuito entonces que al leerlos nos sentíamos identificados con uno u otro personaje.
Siguiendo esta idea inicial, este trabajo aborda una temática de corte social conjugada con un análisis literario de la novela No me esperen en abril de Alfredo Bryce Echenique, publicada en 1995. De esta obra, se hará un análisis de la educación dada al personaje principal, Manongo Sterne, miembro de la aristocracia peruana en la década de los cincuenta. Esta educación se le impartirá en el exclusivo colegio británico San Pablo (Saint Paul). En este recinto se reflejará, los prejuicios de una clase que no tiene definida una idea de Nación. La clase aristocrática, en esta novela, se presenta como una cerrada, racista, fuertemente costumbrista y sobre todo, alienada. Al no sentirse parte de una Nación, buscaran ser adoptados por otras nacionalidades. En el caso de esta novela, la nacionalidad británica. Esta educación alienante hará que Manongo tenga una metamorfosis a lo largo de su vida. Esto, añadido a las escenas cotidianas de su vida que se presentan en la novela, formara una identidad muy similar a la de su padre.
La década de los cincuenta, periodo en el cual comienza la obra, nos presenta un Perú que esta pasando por cambios sociales y políticos. Esta época estuvo marcada por la migración andina. En efecto, en estos años muchos campesinos migraron a la ciudad para “forjarse un futuro” ,al cual no podían aspirar en sus lugares de origen. Esta migración no fue vista con buenos ojos, no solo por la clase dominante sino por los sectores medios urbanos, demostrando así su discriminación hacia quienes consideraban invasores. Sentían que la ciudad iba ser infestada de extrañas costumbres campesinas y que iba a destruir la Lima criolla y señorial. Todo esto, por supuesto, estaba cargado por un fuerte racismo contra la “indiada” que bajaba de la sierra a la costa (Cotler 254-262).
Esta reticencia de la sociedad a los indígenas y diferentes etnias es una tara que viene desde finales del siglo XIX y principios del siglo pasado, con la llamada República aristocrática. Durante este periodo el país estuvo gobernado por la oligarquía, es decir por el grupo de personas que tenían el control de la riqueza del Perú. Los grandes hacendados, los inversionistas de la banca o inmobiliarias fueron algunos de su miembros. Para perpetuarse en el poder, adoptaron un fuerte racismo hacia los “no blancos”. Encontraron en el racismo científico venido de Europa, una justificación para desplazarlos políticamente.
Una figura que puede calificarse como portavoz de este racismo científico en el Perú es sin duda alguna, Clemente Palma. En 1897 publicó su tesis con la que había logrado su grado de bachiller. Aquí se da una visión bastante pesimista del Perú centrándose en las razas que habitan el Perú. En esta tesis, nadie se salva, todas las razas tienen defectos genéticos. El indígena como raza “embrutecida y decrépita”, los negros que solo pueden servir de sirvientes de los blancos, la raza española como idealista, voluble e inestable. Sin embargo, la raza española se presenta como superior a las otras dos. En otras palabras, la raza española por ser la más clara puede redimirse. Por último, se presenta como opción el mestizaje con las razas germánicas (justificación del colonialismo) para así desaparecer a las taras de las etnias inferiores e incluso se piensa en el exterminio de los indígenas, que finalmente no se dará por razones prácticas (Portocarrero 219-229). Sin embargo, en el Perú no hubo una política oficial racista como en Estados Unidos, por ejemplo. En nuestro país funciono como algo tácito. En el Perú, como Gonzalo Portocarrero menciona se levant un “fundamento invisible”.
Alfredo Bryce Echenique tomó notoriedad en la literatura cuando en 1970 publicó su primera novela Un mundo para Julius. Esta obra narra la visión de un niño, perteneciente a la aristocracia peruana, de su sociedad y de su familia. Julius nos presta sus ojos para ver una sociedad resquebrajada socialmente. Este niño, que se aísla de su clase y se siente mejor al lado de los sirvientes, tendrá una relación casi maternal con Vilma, su nana, quien mirará al personaje principal como el “niño Julius”, dejando traslucir una relación amo -sirviente. Aquí podemos hacer un paralelismo con Conversación en la catedral, pues para Ambrosio, Zavalita, será aun después de muchos años, un niño. Veremos como más adelante como estas relaciones señoriales son enseñadas y practicadas en el colegio San Pablo.
En esta novela también se presentará a una anglofilia por parte de la mamá de Julius, su muletilla de darling repetida en muchas ocasiones a lo largo de la obra es una muestra clara de esto. La alineación como elemento característico de la clase dominante del Perú (Elmore 172).
Luego de veinticinco años después, se publica No me esperen en abril, que nos presenta el crecimiento de Manongo Sterne desde su adolescencia hasta la madurez adulta, tomando como eje central su relación con sus amigos y sobre todo, su primer y único amor: Teresa Mancini. Esta obra se puede catalogar como una especie de continuación de su primera novela. Como ya lo hemos mencionado aquí también se presenta una sociedad resquebrajada socialmente.
La novela nos presenta a Manongo como ser raro para su clase. Este adolescente se presenta como un muchacho sensible, meditabundo, bastante introvertido. Su visión de la paloma cuculí es una muestra de esto. “¿Por qué solo él oía entonces el llanto de la paloma cuculí? Lo pregunto. Lo oían todos, ¿por que?, era algo tan natural como la vida misma” (Bryce 26). Solo él puede darse cuenta del canto triste de la mencionada ave. Esta sensibilidad será también motivo de su expulsión de su colegio, el Santa María. A raíz de un castigo que sufre en el colegio lo tildan de “mariquita”, despertando el temor de los padres de familia, quienes optaron por separar al “raro” del colegio, pero también lo harán para evitar el escándalo.
La expulsión de Manongo es bastante simbólica. Se le expulsa por estar fuera de los patrones de comportamiento de su clase y sobre todo de su género. El concepto de “marica”se le otorga porque no soportó (como hombre) el callejón oscuro al que fue sometido en la clase de preinstrucción militar que se daba en los colegios por esos años. En otras palabras, Manongo fue poco macho durante el callejón oscuro y eso no se perdona. Sin embargo, la deshonra no solo será del adolescente, la pasará también a sus padres. Es su padre quien peor recibe y golpe y tendrá, incluso que utilizar sus influencias para que el asunto no llegue a expandirse demasiado. Aquí el autor presenta a través de un hecho doméstico, como las clases altas viven en una constante apariencia. La opinión de los demás es muy importante pues al ser una clase exclusivista y cerrada, quien hace algo incorrecto o denigrante es simplemente marginado del círculo, es decir, desplazado socialmente. La fama de Manongo llegara hasta el Phoenix club en la conversación que sostiene don Álvaro de Aliaga y Harriman (ministro de hacienda y fundador del colegio San Pablo) con los señorones.
Manongo pasara, luego de su salida abrupta del Santa María, muchos días solitarios acompañado por su amigo Adán Quispe, un “cholo” que vive en un corralón. Sin embargo, su amigo “cholo” no podrá llenar el vacío existencial de Manongo. Esto se deberá en gran parte a que tanto Manongo como su amigo son de razas y clases distintas. Se presenta el problema racial como factor que impide una amistad abierta. Adán Quispe no logra entender a su amigo y muchas veces funcionará con un simple sirviente que escucha, sin entender y como guardián ante cualquiera que se atreva insultar a su amigo. Se formara una amistad vertical. Resulta significativo, además que cuando Manongo, se integra al grupo de Tyrone power y del barrio Marconi, ayudado por su madre, no integre también a su amigo del corralón. Cuando Manongo esta con Adán Quispe, no aparece el grupo Marconi. Es más, un impulso de la madre para buscarle nuevos amigos a su hijo, será el verlo en la iglesia de San Felipe con un cholo (Bryce 43-45).
A pesar que Manongo es una especie de outsider en su estamento social, es influido por los prejuicios de su clase. Sin embargo a pesar, del fastidio que puede causar a su madre, mantendrá esta amistad clandestina, e incluso le encomendara una tarea importante cuando se vaya de interno al colegio San Pablo.
El protagonista de la novela descubre el amor en Teresa Mancini a quien conoce en el Country Club, un recinto exclusivo para clase dominante. Este amor será un amor espiritual, y en principio nada carnal.
El amor por Tere se presenta como un amor puro muy diferente al de sus amigos con sus respectivas enamoradas, para Manongo, Tere es un amor idealizado, soñador y exagerado, insustituible. Para él, como lo expresa la misma frase del Balzac, puesta al inicio de la tercera parte de la novela: “No, créame usted, un primer amor no puede substituirse”.Este será el Manongo PRE-San Pablo, un adolescente sensible que se refugia en un amor idealizado y una amistad muy arraigada en su “nueva mancha” del barrio Marconi. Sin embargo, en el internado británico vivirá nuevas experiencias que marcaran su vida profundamente.
La idea de construir un colegio británico nace del ministro de Hacienda del gobierno de Manuel Apolinario Odría, el señor don Álvaro de Aliaga y Harriman. Este personaje es presentado, de forma satírica como un anglofilico que vive con el temor de que cada día queda menos Inglaterra en el Perú. De este modo, en las primeras páginas se puede apreciar el poco amor que se tiene al Perú. La visión colonialista se reafirma en la mirada subalterna para con su mayordomo, presentado como indígena, a tal punto que no recordará si se llama Saturnino, Fortunato o Paulino. Me parece interesante observar esta actitud.
Benedict Anderson, en su libro Comunidades Imaginarias ensaya una interesante definición de nación: “una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y soberana” (23).
Una persona que se defina como perteneciente a una nación tendrá presente en su mente a su con-nacionales, y lo unirá a ellos un sentimiento de fraternidad, sin importar las desigualdades sociales que se puede dar en cada caso. De esta manera, existe un vínculo que va más allá de una raza o espacio geográfico. Si relacionamos esta definición con la actitud de don Álvaro, nos daremos cuenta que su accionar responde a que su mayordomo no es parte de su “comunidad imaginaria”. La mirada hacia su mayordomo no solo será subalterna, sino también excluyente. Esto debido a que don Álvaro no concibe en su mente una comunidad peruana, porque al hacerlo tendría que incluir no solo a la raza a la que pertenece su mayordomo, sino también a las etnias que habitan el Perú. Esto debido a su mentalidad racista, será inconcebible. Así, el ministro se “alienara inglesamente”.
Al darse cuenta de los profundos cambios óciales que experimenta el Perú con las migraciones andinas y el surgimiento de los cholos ricos y con poder , tratara de expandir esta alineación a los hijos de sus amigos, es decir, a los vástagos de los empresarios y hacendados de la alta burguesía peruana.
Siguiendo la idea de Anderson, el colegio se construye como una pequeña comunidad. Don Álvaro concebirá en un hotel abandonado de lima, donde se levanta el colegio, una pequeña Inglaterra. El hecho de que se encuentre en un lugar alejado evidencia el deseo de alejarse del Perú. Sin embargo, esta comunidad encontrará trabas legales, que obligaran al ministro a hacer concesiones al gobierno. El nombramiento de un director peruano, paralelamente a uno inglés, la instrucción premilitar, y lo más grave que el colegio se llame San Pablo y no Saint Paul, serán atisbos de lo que le esperara al colegio en el futuro.
Ahora bien, dentro del colegio se impartirá una educación elitista y los muchachos reproducirán el mismo comportamiento clasista de sus padres. El colegio se convertirá en un foco discriminador hacia aquellos “intrusos”, estudiantes que han sido aceptados no por convicción sino por presiones políticas o económicas. Debido a estas presiones, en el colegio aparecerán hijos de diputados o de hacendados serranos. Eso puede ser entendido desde un punto de vista político como un intento de estrechar lazos entre una vieja aristocracia blanca y una burguesía mestiza emergente (Portugal 466-467). Pronto nos daremos cuenta que es un intento fallido debido a la marginación hacia los estudiantes de origen andino. Aquí es donde se presentan dos tipos de alineación: la primera proviene de las clases populares y emergentes, quienes llegan con la consiga de “blanquearse”. Esta consigna se refiere a la idea asociar blancura con el desarrollo económico y educativo. De esta forma, los hacendados o diputados serranos enviaran a sus hijos al San Pablo con la esperanza legitimar el poder de sus herederos, y el suyo propio también, ante la vieja oligarquía para convertirse así, en sus iguales o para usar un termino de la época, gente decente. Sin embargo, se presenta la segunda alineación. Esta se desarrolla de arriba hacia abajo socialmente hablando. La elite blanca criolla que se considera noble por ser descendiente de español, ingles, francés o italiano. En el epígrafe del segundo capítulo se resume esto en la frase de Miguel Rojas-Mix: “Los colegios privados extranjeros fueron reivindicación de las colonias, en busca de mantener su extranjería dentro de una sociedad receptora”. De esta manera, se sentirán nobles por ser de sangre europea, es decir, biológicamente superiores, si lo vemos desde la perspectiva del racismo científico. La discriminación, entonces hacia el hombre andino tendrá por objeto su apariencia física, sin importar su status económico. Es la esencia de indio, del cholo, de su lugar de origen lo que se ataca. Su aspecto físico es “impresentable”, porque no responde a su ideal físico de belleza de una persona blanca, delgada, de ojos verdes, con pelo castaño o rubio (Puente 486-488).
En esta línea de educación alienante se presenta Teddy boy, el profesor-agente alienante del colegio. Este profesor, cuyo nombre verdadero es Teddy Stewart Valdelomar, lo cual nos lleva a una asociación con el autor del cuento El caballero Carmelo. Al igual que Abraham Valdelomar, Teddy boy siempre esta actuando. Se considera superior a los demás debido a que su espíritu esta totalmente entregado a la cultura inglesa.
Este profesor enseñará a sus alumnos el desprecio hacia los no blancos. Sus frase recurrente de “mucho cholo, mucho cholo” y su desprecio hacia los alumnos negriblancos, es decir, blancos con rasgos de negros, Ismael y Luis Gotuzzo, son claras muestras de esto del racismo impartido en el colegio (Puente 490-491).
Este profesor junto con Don Álvaro son defensores de un modelo educativo fuera de contexto histórico. Encerrados en su nostalgia de un pasado aristocrático dominante y su fuerte racismo no se dieron cuenta de los cambios sociales del país. La nueva burguesía provinciana, una burguesía mestiza, andina, chola estaba creciendo. Nuevos actores en el poder que tendría como consecuencia cambios profundos en el Perú. Cambios que la novela también trata cuando se habla de la revolución del “chino” Velasco y la reforma nacionalistas que trajeron consecuencias nefastas para la aristocracia peruana. Ambos personajes terminan en el fracaso. El colegio de don Álvaro terminara en el olvido “saqueado por profesores impagos”, mientras que Teddy boy vivirá de la solidaridad de sus alumnos ya adultos, y casado con Margarita, una provinciana que trabaja como empleada domestica, que es “bien bonita y medio blanquita”. El hecho de que sea blanca, aminora su choledad, pero no se la quita. Teddy boy termina casándose con aquello que discrimina. Para ahondar más este fracaso ninguno de sus alumnos se convertirá en dirigente de la patria.
Manongo, luego de su vida en el colegio San Pablo y su rompimiento con Teresa dará un giro a su vida, cuando entre a trabajar con su padre. Con el paso de los años se convertirá en un hombre de negocios, cosmopolita, más inteligente y hasta más frívolo. Sin embargo, no encontrara su lugar en el mundo. Se sentirá perdido, solitario a pesar de contar con la amistad de sus compañeros del colegio. Reflejará en su vida adulta el desprecio al Perú que se le impartió en el colegio, y sobre todo, no se sentirá a gusto en su país, por lo que pasará varios periodos en el extranjero. Al igual que él, muchos de sus compañeros emigraran del Perú. Algunos fracasarán y otros tendrán éxito económico, pero ninguno hará algo importante por el país, nadie del colegio se convirtió en lo que soñaba don Álvaro: dirigente de la patria.
Manongo será testigo además, de los cambios sociales y políticos que se van sucediendo con el paso del tiempo. Su mirada hacia estos acontecimientos, será de mero espectador, no se involucra. No le interesa hacerlo.
De esta manera la educación alienante fracasa en el ámbito político (no logran que lo alumnos dirijan el país), pero tienen éxito en pasar su desapego emocional al Perú. Lo interesante y paradójico es que el éxito conduce al fracaso. En otras palabras, el tipo de educación que se les dio racista, discriminatoria, anglofilica ocasionó que odiaran y desprecien lo que estaban llamados a dirigir políticamente: El Perú.
Manongo, entonces se encontrará en un país que no es suyo. Un país que representa el fracaso de su vida, pero tampoco es adoptado por el país que se inculco admirar: Inglaterra. Es más, en el extranjero se convertirá mas que nada en un comerciante, nunca en un ciudadano. Todo esto ocasionará el suicido de Manongo, como una forma de escape a su soledad y sin saber quién es ni adónde pertenece.
El colegio San Pablo encarna pues, el deseo de desmarcarse del Perú, y de conseguir unirse a una cultura extranjera al no encontrar una en el país de origen. El aspecto biográfico lo que hace es hacerla más real, apoyado en la propia adolescencia del autor. En sus Antimemorias Bryce habla de su educación secundaria “en el anacrónico, divertidísimo y snob internado británico”. Ahí el Bryce adolescente estaba más cerca de Inglaterra del Perú, sensación que se reproduce en la novela. Más representativo es la frase que en la novela y Antimemorias: “¿Dios mío porque no vendemos este país tan grande que tenemos, y no compramos un país chiquito al lado de Paris?” (349-350), es decir, una comunidad alejada de ti, Perú.
Obras citadas
Ø Cotler, Julio. Clases, Estado y Nación en el Perú. Lima. IEP, 2005.
Ø Portocarrero, Gonzalo. “El fundamento invisible: función y lugar de las ideas racistas en la República Aristocrática. Mundos interiores: Lima 1850-1950. Aldo Panfichi y Felipe Portocarrero (editores).Lima. Universidad del Pacífico.
Ø Elmore, Peter. Los muros invisibles: Lima y la modernidad en la novela del siglo XX. Lima. Mosca azul, 1993.
Ø Bryce Echenique, Alfredo. No me esperen en abril. Lima. Peisa, 2001.
Ø Anderson, Benedict. Comunidades Imaginarias. México. Fondo de cultura Económica.
Ø Portugal, José Alberto. “No me esperen en abril: Alfredo Bryce Echenique y la anatomía de una melancolía peruana”. Los Mundos de Alfredo Bryce Echenique: Nuevos textos críticos. Ed. Cesar Ferreira. Lima. PUCP, Fondo editorial, 2004. 466-467.
Ø Puente-Baldoceda, Blas. “Representación del otro en la ficción de No me esperen en abril. Ed. Cesar Ferreira. PUCP, Fondo editorial 486-491.
Ø Bryce Echenique, Alfredo. Antimemorias: Permiso para sentir. Lima. Peisa, 2005.

generacion cochebomba: nueva novela,joven promesa





En los últimos años hemos podido apreciar un incremento de obras literarias cuya temática esta estrechamente ligada con la violencia política que asolo a nuestro país durante la década de los ochenta y noventa, siendo los principales ejemplos “ La hora azul” de Alonso Cueto y “Guerra a la luz de las velas” de Daniel Alarcón . Esta novela y libro de cuentos, respectivamente fueron ganadores de importantes premios internacionales. Personalmente, el libro de Alarcón me parece mejor construido y tiene una mejor habilidad para llegar al lector, a diferencia de la novela de Cueto que no llega conectarse totalmente con el lector (quizás por ser una historia dentro de otra historia).
Siguiendo esta línea de literatura relacionada con el terrorismo llega “Generación Cochebomba” de Martín Roldan Ruiz (1970), novela que funciona como testimonio de quienes les tocó la “suerte” de ser jóvenes en la década de los ochenta en nuestro país. El libro desde la tapa es una invitación a una reflexión y a la rebeldía: Se muestra un collage de imágenes en blanco y negro que funciona como resumen de la década. Tenemos una foto de Alan García con su sonrisa de campaña electoral, de Abimael Guzmán retratado con un libro en la mano, secundado por imágenes de carros destruidos (cochebombas). En la parte inferior un cantante punk (la movida subterránea) con su peinado característico, a su costado un grupo de jóvenes en lo que parece ser el denominado “pogo”. Al centro una foto de una mancha de amigos con la moda ochentena de pantalón y casacas jeans, pelo largo los rostros relajados, sonrientes y despreocupados del futuro. Todo esto rematado por el titulo en letras rojas (rojo terrorista).
La utilización del color negro y rojo es bastante significativa: rojo es sentimiento revolucionario comunista, mientras que el negro es el color de otra revolución: la revolución subterránea (la movida subte), propagada por lo conciertos de punks, rock hard y géneros afines. Los jóvenes de esta movida poseían un desinterés total por la vida política y social, simplemente quería vivir el momento. Tomaban sus vidas como un carrera de autos, viviendo al límite. Dentro de las páginas se desarrolla la historia de un grupo de jóvenes, cada uno es un pequeño universo de problemas, anhelos y decepciones, pero todas son iguales en algo: Cada una de estas vidas ha sido tocada por el terrorismo. El libro presenta al terrorismo ya no solo como un problema social y político sino como un fenómeno que también es íntimo, familiar. Un fenómeno que puede meterse en nuestra vida personal, amical y amorosa como veremos más adelante.
Pero no caigamos en el facilismo de enmarcar a esta novela como una novela solo de violencia política porque no lo es. Generación Cochebomba es también una novela de búsqueda personal. El personaje principal Adrián R (nótese el juego de palabras Adrián con Adán) anda en la búsqueda de lo que todos queremos encontrar : una razón para ser, nuestro lugar en este mundo. Des esta forma este personaje sigue la linea del cadete Alberto Fernández de La ciudad y los perros , personaje que busca su lugar en un ambiente hostil y salvaje: El Perú.
Es interesante, además el dialogo intertextual que tiene esta obra con Conversación en la Catedral en las primeras paginas. La visión de Adrián R de la ciudad de Lima es parecida a la de “Zavalita”. Veamos:
“Desde la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En que momento se había jodido el Perú? Los canillitas merodean entre lo vehículos detenidos en los semáforos de Wilson voceando los diarios de la tarde y el hecha a andar, despacio, hacia La Colmena. Las manos en los bolsillos cabizbajo, va escoltado por transeúntes que avanzan, también, hacia la plaza San Martín. Él era como el Perú, Zavalita, se había jodido en algún momento. Piensa: ¿En cuál? Frente al hotel Crillón un perro viene a lamerle los pies: no vaya estar rabioso, fuera de aquí. El Perú jodido, piensa Carlitos jodido, todos jodidos. Piensa: no hay solucion”.

Aquí podemos apreciar la visión desesperanzada, resignada de Zavalita como si el Perú le asqueara. La observación de las calles denota que no hay ningún lugar que no este jodido que no este infectado (como una enfermedad de ahí lo significativo de la mención de la rabia). Como menciona Yolanda Westphalen “… el Perú es la suma de individuos, pero de individuos jodidos como él”. Adrián R, por otra parte mira al Perú con odio. Es una mirada mas radical que denota el sentir de su época, la generación de los ochenta. De esta forma, en las primeras líneas podemos leer cosas como: “ Sí, por donde posaba los ojos estaba presente, como un ser vivo, como un peruano más. Calles de mierda, transito de mierda, gente de mierda, sociedad de mierda…¡País de mierda!”.
Quiero hacer hincapié en la parte de “…como un ser vivo, como un peruano más” y su conexión con el articulo de Yolanda Westphalen. En las novelas de Vargas Llosa y Roldan Ruiz, podemos encontrar la idea del Perú como un individuo que alude a la noción de estar jodido, que se radicalizara en el personaje de Adrián R con su país y sociedad de mierda.
Este termino si vamos al diccionario en unas de sus acepciones define a la palabra con el excremento, es decir, aquello que ya no puede ser utilizado para para crear algo. Es el desecho. Pero es necesario hacerse la pregunta, ¿este desecho, el Perú de mierda, para que no sirve? La respuesta cae por su propio peso: Para formar una Nación. La novela nos muestra la problemática de una conciencia nacional y para esto toma como marco una guerra interna que es producto de esta falta de cohesión nacional. Esta guerra, producida por el extremo centralismo y el abandono de las demás regiones de país, en especial, la sierra y la selva. Además no se puede olvidar la estructura feudal de la sociedad peruana marcada por un sesgo racial, donde unos son señores y otros sirvientes aun cuando todos somos considerados ciudadanos, por lo menos en el papel.

Adrian R y compania
Siempre se dice que los jóvenes son herederos de la sociedad. Son ellos lo que mejoraran la sociedad que sus padres les legaron, sin embargo ¿qué pasa cuando esos padres se vieron sumergidos como Zavalita en una decepción social y política?, ¿influenciarán en los herederos? Adrián R y su grupo de amigos funcionan como los herederos literarios de zavalita. En otras palabras, podemos decir que son causa y efecto. La ideología de zavalita causa la actitud de Adrián R y compañía.
Esta compañía de Adrián R esta conformado por tres amigos: Pocho Tebrinkla, Carlos Desperdicio y el Innombrable. La historia cada uno de estos jóvenes es relata en párrafos intercalados, una forma parecida a la de Mario Vargas Llosa, lo que induce al lector a jugar al rompecabezas. Solo al final cuando se tengan todos los pedacitos podremos tener el marco global de la novela. Veamos cada pedazo, cada historia de estos jóvenes.
Pocho Tebrinkla es resultado del abandono afectivo de sus padres. El problema clásico de los padres que no son capaces de comprender e interesarse por conocer a su hijo, agravado por el prejuicios que los mayores cultivan en los pequeños: “¿Cómo tu hincha de esos negros y cholos apestosos? Recuerda hijo tu eres blanco, tienes que ser de la U. Pero papá a mi gusta los colores de Alianza…”(69). El padre nunca se intereso por saber qué le gustaba al niño menos aun que sus creencias racistas podrían afectar al niño (denigra e insulta a todo lo que tiene que ver con Alianza Lima, o sea el niño, los gustos de este y hasta sus amigos). Como resultado Pocho entrara al mundo de las barras bravas, apadrinado por un amigo. Las drogas y el alcohol se convertirán en un estilo de vida.
Carlos Desperdicio, es producto de un matrimonio infeliz, su madre llama a su padre “monstruo”. Su padre ha engañado a su madre, quien termina volviendose una persona fea,(la conexión entre belleza y bienestar emocional es fundamental) en contraste como Carlos la recordada “blanca, alta, garbosa, llena de vida”. Por ultimo, Carlos Desperdicio mantendrá un relación homosexual.
El Innombrable es el intelectual del grupo. En realidad un intelectual de la contracultura , ateo, lector de Sartre, H.P. Lovecraft (autor de influencia gótica, ateo hasta su muerte). Conforme pasamos las páginas nos damos cuenta de su critica a la supuesta solidaridad y a nula preocupación que le da al prójimo. Lo curioso es su verdadero nombre, revelado solo al final de la novela: Un nombre que es todo lo contrario a lo que es Innombrable. La verdad negativa. Este personaje es un herejia en ese sentido.

Cada un de estos tendrá un historia personal, narrado en la segunda parte de libro denotado por el numero 4 (en alusión al numero de integrantes) en romano, con el terrorismo: el secuestro de sus padres, la experiencia de la toma del penal el Sexto, el testimonio de un amigo intimo enviado a la guerra, la atmósfera putrefacta que invadió Lima en la amanecida de los perros muertos, entre otros. Todos estos narrados con gran realismo y buen manejo del lenguaje debido en gran parte, a los estudios de periodismo que hizo el autor en la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Mesa, dándole al lector la sensación de estar viviéndolo también (sobre todo para los que vivieron esa época).

Los otros actores
En el universo de Generación Cochebomba encontramos a otros personajes que también serán infectados del virus terrorista, algunos con consecuencias fatales. Jóvenes como Adrián R y sus amigos, mujeres que se enfrentan a la realidad de forma cruel y salvaje. Jóvenes comunistas que buscan reclutar más adeptos para su causa. Se torna así en una ciudad, la problemática de varias vertientes de pensamiento, de varios grupos sociales, grupos contraculturales (los subtes, punks, los anarcos, etc). Esto se ve reflejado en el capitulo VI de la segunda parte de la novela donde se inicia un conversatorio de voces de diferentes tipos de pensamiento, diferentes identidades que declaran su pensamiento con plena libertad. Son las nuevas identidades que han surgido, constetarias todas opositoras a un democracia que no funciona y que ha ocasionado una guerra interna. Alberto Flores Galindo decía que en el Perú existía dos republicas: la de blancos y la de indios. Aquí vemos varias mini republicas o mejor dicho antirepublicas, grupos que quieren alejarse de un orden político y social, simple y llanamente porque este les da asco.
Por otra parte también se presenta la nostalgia de los hombres adultos de lo que, para ellos fue un pasado mejor y promisorio. El padre de Adrián R trabaja como taxista (quizás la profesión más emblemática de los peruanos), y es una consecuencia de la vuelta a la democracia (pag 51-57). En efecto, este señor pertenece a ese grupo de trabajadores que pudieron acariciar el sueño de todo trabjador: ser dueños de las empresas (las comunidades industriales, el proyecto que desarrolló el gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas con el general Velasco a la cabeza). En una breve referencia histórica Roldan Ruiz nos recuerda como a la vuelta de la democracia con Belaunde Terry, se hizo quebrar un empresa por el simple hecho que era un empresa militar y que tenia como singularidad que los trabajadores eran accionistas. La prosperidad económica y familiar que también es recordada por Adrián R. La sospecha de la falsedad de la democracia peruana esta detrás de las palabras del papá de Adrián R ¿Cómo en una democracia, el gobierno hace quebrar una empresa solamente por motivos políticos? , ¿es acaso ese, el libre mercado que tanto pregonan los demócratas? La frase con que termina el discurso del padre Adrián R es un resumen del sentir de una gran mayoría de peruanos: “Meses después convocaron a elecciones para la Asamblea Constituyente y volvimos a la democracia…y con ella, mi desgracia”.

Los terrucos y la historia de amor

La vida de los terroristas también es retratada en esta novela de un forma critica, sin tomar partido (de la misma forma que se critica la democracia). La novela se centra en la historia de dos terroristas, a quienes el autor llama él y ella(narrada en capítulos con otra numeración, como una forma de englobar a todos los varones y mujeres que se dieron su vida por la causa terroristas, muchos de ellos porque no encontraron respuestas a sus problemas existencias en su familia o en sus amigos. Ella será una mujer que dudará y abandonará la causa por no encontrarse completamente convencida. Mantendrá una relación con Adrian R, pero pronto retomara conciencia raíz de una experiencia cercana con la pobreza. De esa forma abandonará a Adrián R, y tomará un rol más protagónico en la lucha contra el Estado. Sin embargo querrá hacer parte de su causa a Adrián y lo llevara junto con Él , quien resultara ser su tio, hermano de su padre asesinado. Aunque la novela, no lo dice el autor da la sospecha de que estos terroristas, tienen una relación más alla del compañerismo. Para el protagonista de la novela esta será un choque muy fuerte y ahondara su desilusión por su vida mezclándose con la rabia por la muerte de su padre, quien solo es un número mas una estadística, un precio que se debe pagar por la revolución. La ira tocara a Adrián, pero evitara hacer más conflicto y se retirará. Quizás porque sabe que cualquier acción que tome no servirá de nada.
Los amigos de Adrián terminaran sus vidas de una forma trágica, como fue el destino de muchos jóvenes de la época. Un final desolador para una época desoladora.

Esta novela da mucho que pensar, veinte años después del inicio de la violencia política del país, es necesario preguntarnos que hemos aprendido. Para muchos este fue un conflicto que involucró cuestiones raciales. Era la guerra entre unos cholos rebeldes contra un Estado criollo y centralista. En un principio la guerra ocurrió lejos, pero después vino a la capital. Fue allí recién cuando tomamos la importancia al asunto, cuando paso a la ciudad ( la capital del poder), cuando no solo era un pleito con unos cholos o mestizos rebeldes, como pensaban muchos. En otras palabras cuando se convirtió en una amenaza real. Slavoc zizeck denomina el multiculturalismo como un racismo a la distancia: mientras el objeto victima de racismo, este lejos todo estará bien se le tolerará. Cuando se acerque ahí empezará el conflicto, es decir, cuando sea una amenaza. Podemos utilizar estas afirmaciones para entender esta novela y a la generación que retrata. El olvido de las regiones del pais, y sus habitantes. La generación de los ochentas, la generación cochebomba fue una cúspide de este conflicto multicultural, cuando las distintas identidades culturales chocan. Leemos y podemos también escuchar (la novela presenta un curioso soundtrack) las voces de protesta, ocasionadas por la intolerancia y discriminación de un país no sabe ser nación. Una generación que buscó en distintas vertientes contraculturales, la identidad que no le daba su Nación.